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27 septiembre, 2024- El sensor electrónico incorporado en el pedal del freno transmite a los sistemas de control del vehículo información precisa y segura sobre las demandas de frenado del conductor.
- Este innovador sistema ya está en proceso de producción en determinados vehículos de VOLVO.
- Este proyecto permitirá a las dos empresas vascas un salto cualitativo en el sector de la automoción y reforzar su posición en el mercado internacional de la automoción.
Los coches más seguros del mercado están a punto de incorporar tecnología vasca made in BATZ e IKERLAN en uno de los sistemas más críticos de un vehículo: el de frenado. Y es que la cooperativa vizcaína y el centro tecnológico IKERLAN han desarrollado conjuntamente para VOLVO un sensor auxiliar para el pedal de freno que aportará robustez y fiabilidad.
Este proyecto de transferencia tecnológica realizado para uno de los líderes mundiales del sector de la automoción permitirá a las dos empresas vascas dar un salto cualitativo en el sector de la automoción y reforzar su posición en el mercado internacional de la automoción como proveedor de sistemas electrónicos confiables.
Se trata de un hito de gran importancia para BATZ e IKERLAN. Ambas compañías han colaborado durante cuatro años en el desarrollo de este componente adicional para el pedal, dotado de sensores que transmiten de forma precisa y segura información sobre la demanda de frenado del conductor. Para su conceptualización, BATZ e IKERLAN han superado estrictos estándares de calidad y seguridad, ya que el fabricante sueco estableció para el proyecto unos requisitos específicos sumamente exigentes en varios niveles –robustez, integración y consumo–, adicionales a las normativas vigentes en el sector.
Iosu Gabilondo, responsable de área de Inteligencia Distribuida y Conectada en IKERLAN, explica que “hemos tenido que garantizar la durabilidad del sistema, que debe ser capaz de estar operativo durante los 15 o 20 años del ciclo de vida de un vehículo”. Otro de los retos ha sido “la integración del nuevo desarrollo con el resto de los sistemas electrónicos y mecánicos incorporados en los vehículos de VOLVO, adaptando un sistema magnético y asegurando su robustez e inmunidad. Además, la compañía sueca fue sumamente estricta al establecer los requisitos de consumo de electrónica del sistema desarrollado por BATZ e IKERLAN, un aspecto adicional a los altos estándares de calidad marcados por la firma” explica Gabilondo. La digitalización y automatización de los vehículos es cada vez mayor, y esto conlleva la sustitución paulatina de elementos mecánicos por otros electrónicos. Tradicionalmente, los pedales de un vehículo han venido respondiendo a lógicas mecánicas. Han experimentado diversas evoluciones en cuanto a materiales y requisitos de seguridad y, en este momento,
afrontan el reto de la conectividad con el resto de los sistemas del coche. Desde BATZ, Egoitz Anzola, director de Ingeniería de la cooperativa vizcaína, explica que “este nuevo paso nos facilitará y ayudará no solo a ofrecer a nuestros clientes soluciones integrales en los pedales de freno actuales, sino también en el desarrollo y fabricación de los futuros frenos electrónicos. De esta manera, desde BATZ damos respuesta a la evolución natural de la conducción brake by wire, con requisitos de máxima seguridad funcional en lo que a la sensorización y el sistema de frenado final se refiere.» BATZ e IKERLAN coinciden en que en que la incorporación de sensores en el dispositivo de freno de los vehículos de VOLVO representa un hito fundamental hacia el desarrollo de un pedal de freno cien por cien electrónico, lo que supone, a su vez, un gran paso hacia la digitalización de uno de los sistemas más críticos de un coche. En 2023 los ingresos del centro por proyectos de transferencia tecnológica aumentaron más del 15 % y representaron el 54,2 % de la facturación global, siendo el transporte y la movilidad uno de los principales sectores de actividad, concretamente, el 39 % de los proyectos de transferencia realizados por IKERLAN en el pasado ejercicio.